Tengo ganas de hablarte
pero no quiero hacerlo,
porque vas a pensar,
que por ti estoy muriendo.
Y la verdad es que si,
si delato el sentimiento,
tengo miedo de ahuyentarlo.
¿Debo dejarlo fluir o dejar,
que el sufrimiento entre,
levemente en mi piel,
y me llene de dudas?
Tengo ganas de hablarte,
pero de tanto pensarlo,
quiero creer
que tu lo haras primero.
Y no por hacerme del rogar,
ni por jugar a sentirme importante.
Es que quiero darme cuenta,
si tu tambien,
traes las ganas que te traigo.